sábado, 22 de junio de 2013

Punto y aparte mítico

Los míticos cierran la campaña de la manera más dura posible, en los penaltis de la Copa de Campeones de Fuenlabrada, tras no ser capaces de pasar del empate a uno en el primer encuentro de Copa.


Hasta aquí llegaron nuestros Míticos. Tras proclamarse campeón de liga, los novancas llegaban con mucha ilusión a la Copa, la cual tenía como premio final el tan ansiado y deseado viaje a tierras valencianas. Villapriego era el primer rival a batir. Rival dotado de un equipo conocedor de la competición y  de jugadores experimentados. Pero los nuestros no se iban a amilanar y eran conscientes de que jugando su fútbol se lo podían poner difícil a cualquier rival.

El equipo llegaba cargado de moral tras proclamarse el fin de semana anterior campeón del Trofeo San Juan. Prueba que valió para medirnos a rivales de más nivel que en la liga y que sirvió como prueba para la Copa. Pero también llegaban mermados de bajas. A las ya conocidas por lesión de Ruby y Davile, se sumaban las de Rober y Manu, sin duda dos bajas sensibles.

El partido comenzó con mucho respeto por parte de ambos equipos. Cautos a la hora de atacar, a sabiendas de lo que podía significar un gol tempranero. Los Míticos bien plantados atrás gozaron de las mejores ocasiones sorprendiendo por banda derecha, donde Pery, incansable durante todo el encuentro, entraba a su antojo y por ahí vendrían las mejores ocasiones. La más clara fue un centro raso que Pery puso para Ruben pero que este no pudo materializar lo que pudo ser el 1-0. Faltos de juego en el medio campo, los novancas recurrían a balones largos para que Ruben luchara contra una defensa rival bien plantada. Fruto de una de estas luchas iba a llegar el penalty provocado por Ruben, que pícaro llega a un balón antes que el portero y este le hace falta. La pena máxima la trasformaría Abel. 1-0. Gol importante en lo moral. Pero pocos minutos después, en una jugada tocada por la fortuna (para Villapriego) iba a llegar el 1-1. Balón que no se sabe muy bien cómo le llega a un jugador libre de marca y este se la pone a un compañero para que la meta. Cebo no pudo hacer nada en esta ocasión, pero también tendría protagonismo en jugadas posteriores en las que tuvo que sacar pies y manos para salvar a los suyos. Así se llegaría al descanso, 1-1.

La segunda parte pronto se puso de cara para los nuestros. Villapriego se iba a quedar con uno menos. Juego duro el desplegado por los rivales. Parando continuamente el juego a base de faltas. Contra uno menos los Míticos decidieron quitar a un hombre de atrás y sumar gente en el medio campo para intentar tener más posesión y fruto de esta más ocasiones. Pero ni una cosa ni la otra. El balón apenas se movía, los pases largos se repetían y las ocasiones no llegaban. No había ritmo de partido, el juego era continuamente cortado por las faltas del rival. Los novancas no estaban cómodos. Los minutos corrían en contra de los nuestros y a favor de un Villapriego que veía con buenos ojos los penales. Hubo que tirar de orgullo y en esto Ruben fue el mejor, luchando cada balón como si fuera el último, pero sin la oportunidad de poder crear excesivo peligro en la portería rival. A falta de pocos minutos para el final, Villapriego perdió otro hombre más, tras las constantes faltas cometidas. Pero ni con dos menos se pudo crear peligro, así que había que desempatar desde el punto de penalti.

La lotería de los penaltis dejó a los Míticos con la miel en los labios. Una miel que quizás hubieran merecido pero que no se pudo llegar a saborear. Villapriego tuvo la suerte de lado y fueron ellos los que lograron pasar de ronda en la Copa.

Hasta aquí se ha llegado, pero sin duda ha sido una temporada más que meritoria. Arrancábamos por allá en el el mes de septiembre con la ilusión de divertirnos y ganar, y ambas cosas se han conseguido. Hemos disfrutado como equipo sobre el campo y sobre todo como grupo de amigos fuera. Y esto es lo que hace grande este deporte y esto es lo que hace grande este humilde club cargado de buen rollo. Por eso hay que estar orgullosos de este equipo que a pesar de no conseguir la victoria ha sabido estar siempre unido al grito de "Míticos, Míticos... Míticos Novanca"

Hasta el año que viene familia, un abrazo mítico.





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